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500º ANIVERSARIO DE LA LLEGADA DE JUAN DEL ENZINA A LEÓN

31 diciembre, 2023

En el último programa del año celebramos, in extremis, el V Centenario de la llegada a León de Juan del Enzina en 1523. Para ello tuvimos como invitado a Luis Javier Hernández Irigoyen, director del  El IES Juan del Enzina, y una de las personas que más sabe sobre este relevante personaje.

JUAN DEL ENZINA

Juan del Enzina (12 de julio de 1468 - León, 1529), es uno de los referentes culturales del Renacimiento español: poeta, músico y dramaturgo, es considerado, con sus Églogas, como uno de los padres del teatro español. La calidad de su obra musical (algunas de cuyas composiciones serán recogidas en el concierto conmemorativo) lo sitúan en la cumbre de la polifonía tanto sacra como profana de su época.

Tal y como podemos leer en la Wikipedia, nació como Juan de Fermoselle, y fue un poeta, músico y autor teatral del renacimiento español en la época de los Reyes Católicos. Se le considera como uno de los mayores exponentes de la polifonía religiosa y profana en España de finales del siglo xv y principios del XVI. Alcanzó gran altura lírica en sus glosas y villancicos a los que se le atribuye su invención.

Como dramaturgo está considerado iniciador y patriarca del teatro español. Su arranque se puede fechar en la Navidad de 1492, cuando representó ante los duques de Alba dos églogas teatrales en que unos pastores anuncian el nacimiento de Cristo.

Su lugar de nacimiento es desconocido. Algunos autores lo sitúan en Fermoselle (actualmente en la provincia de Zamora), algunos en la ciudad de Salamanca -en la calle de las Mazas, donde vivía su padre, zapatero de profesión- y otros en alguno de los municipios de la provincia de Salamanca que llevan la palabra encina en el nombre como Encina de San Silvestre o La Encina. En cualquier caso, parece completamente seguro que nació en el reino de León.  

Se graduó en Leyes en la Universidad de Salamanca, donde tuvo como maestro a Antonio de Nebrija y quizás a su hermano Diego de Fermoselle, que fue catedrático de música. Se formó musicalmente en la capilla de música de la Catedral de Salamanca, que dirigió Fernando de Torrijos entre 1485 y 1498, donde entró como mozo de coro en 1484 y ascendió a capellán en 1490. A la muerte de Torrijos, Encina aspiró a su puesto de maestro de capilla, pero el cargo finalmente acabó recayendo en su amigo, Lucas Fernández, también autor dramático, lo que llevó a Encina a abandonar España y viajar a Italia.

En 1492, entró al servicio del segundo duque de Alba, Fadrique Álvarez de Toledo y Enríquez, en cuya corte se encargaría de organizar festejos y escribir comedias y música. En la noche de Navidad de 1492, se representaron por primera vez dos de sus églogas dramáticas, en el castillo de Alba de Tormes. Protegido de don Gutierre de Toledo, hermano del segundo duque, don Fadrique, vivió en la villa ducal. Tomó posesión por procuración del arcedianato de Málaga.

A partir de 1498 vivió en Roma, donde gozó de la protección de varios papas, entre ellos Alejandro VI, Julio II y León X; este último lo apreció especialmente como cantante y lo tuvo como tal en su capilla. Estuvo viajando de Roma a España varias veces entre 1510 y 1519, hasta asentarse finalmente en León para desempeñar el priorato de la catedral que le concedió el papa en ese último año. El primer día de julio de 1519 partió como peregrino de Venecia hacia Jerusalén. Antes de regresar a Roma, en el Cenáculo, donde tuvo lugar la última cena de Jesucristo con sus apóstoles, Encina celebró su primera misa, en compañía de los franciscanos de la Custodia. El viaje está narrado en su Trivagia o Vía sagrada a Hierusalem (se menciona una edición de Roma, 1521) y lo resumió en un romance de 464 versos. Murió en León, desempeñando su priorato, en 1529. En 1534, sus restos se trasladaron a la catedral de Salamanca, donde permanece enterrado.

En su etapa al servicio del duque de Alba, aunque ya componía versos desde los catorce años, escribió entonces varias piezas dramáticas en asturleonés (concretamente en dialecto sayagués) como en su Auto del repelón, también en verso. Juan del Encina se considera el patriarca del teatro español renacentista. Publicó en su Cancionero, de 1496, ocho églogas dramáticas de carácter religioso o cortesano, protagonizadas por pastores, en principio rústicos (que se expresan en sayagués, un dialecto convencional y literario con rasgos del leonés), pero que con el tiempo darán lugar a otros más idealizados que entroncan con la literatura pastoril.

Existen dos grabaciones dedicadas íntegramente a Juan del Encina. La de Pro Música Antiqua de Madrid, que es una grabación integral en cuatro discos y la de Jordi Savall, de 1991, dirigiendo a Hespèrion XX (Canciones & villancicos).

Podéis escuchar la entrevista en este enlace.



LA REGIÓN DE LEÓN EN LA CONSTITUCIÓN DE LA SEGUNDA REPÚBLICA (1931)

25 julio, 2020

Podría decirse que la historia de España dio un vuelco en el año 1931, con la proclamación de la Segunda República tras el triunfo de los partidos republicanos en las elecciones municipales del 12 de abril de ese año. Estos partidos lograron mayoría en casi todas las ciudades españolas (no así en el campo), lo que fue visto como un varapalo a la decadente monarquía de Alfonso XIII. El rey, viendo que pintaban bastos, huyó de España, y el 14 de abril se proclamó la república, al mando de un gobierno provisional. Por cierto, me parece pertinente recordar aquí que fue Sahagún la segunda ciudad en proclamarla, lo que valió el título de "Muy Ejemplar Ciudad": detrás de esto hay una historia muy interesante.

Uno de los símbolos que adoptó la República fue el león, que anteriormente había sido un emblema de la monarquía hispana, aunque ese es un tema que quizá trate más adelante. 

Las novedades se sucederían con el paso del tiempo, pero vamos a centrarnos en el tema que hemos enunciado en el título: la relación de la Segunda República con la región leonesa. La Constitución republicana fue redactada tras las elecciones a Cortes Constituyentes del 28 de junio de 1931, y se aprobó el 9 de diciembre. Por vez primera en la historia de España, y fruto de la pujanza de los regionalismos y nacionalismos catalanes y vascos, se recogía el derecho a la autonomía de las regiones.  Ossorio y Gallardo, presidente de la comisión jurídica que asesoró en la redacción de la Constitución, afirmó que "las provincias han adquirido, en el curso de un siglo, personalidad y relieve, que nadie puede desconocer, y en la mayor parte del territorio nacional nadie protesta contra esta organización ni reclama otra (...) Mas, con igual claridad, en otras regiones españolas han surgido o apuntan anhelos de una personalidad autónoma". 
Fueron toda una declaración de intenciones estas afirmaciones de Jiménez de Asúa, presidente de la comisión parlamentaria que redactó el proyecto de Constitución:
"Después del férreo, del inútil estado unitario, queremos establecer un gran Estado integral en el que son compatibles, junto a la gran España, las regiones, y haciendo posibles este sistema integral, que cada una de las regiones reciba la autonomía que merece por su grado de cultura y progreso. Unas querrán quedar unidas, otras tendrán su autodeterminación en mayor o menor grado". 

Veamos cómo se enunciaba ese derecho en la versión definitiva de la Constitución de 1931: 

TÍTULO PRIMERO

Organización nacional.

     -Artículo 8. El Estado español, dentro de los límites irreductibles de su territorio actual, estará integrado por Municipios mancomunados en provincias y por las regiones que se constituyan en régimen de autonomía.(...)

    -Artículo 11. Si una o varias provincias limítrofes, con características históricas, culturales y económicas, comunes, acordaran organizarse en región autónoma para formar un núcleo político administrativo, dentro del Estado español, presentarán su Estatuto con arreglo a lo establecido en el artículo 12. En ese Estatuto podrán recabar para sí, en su totalidad o parcialmente, las atribuciones que se determinan en los artículos 15, 16 y 18 de esta Constitución, sin perjuicio, en el segundo caso, de que puedan recabar todas o parte de las restantes por el mismo procedimiento establecido en este Código fundamental
    La condición de limítrofe no es exigible a los territorios insulares entre sí.
    Una vez aprobado el Estatuto, será la ley básica de la organización político administrativa de la región autónoma, y el Estado español la reconocerá y amparará como parte integrante de su ordenamiento jurídico.

    -Artículo 12. Para la aprobación del Estatuto de la región autónoma se requieren las siguientes condiciones:
   a) Que lo proponga la mayoría de sus Ayuntamientos o, cuando menos, aquellos cuyos Municipios comprendan las dos terceras partes del Censo electoral de la región.
   b) Que lo acepten, por el procedimiento que señale la ley Electoral, por lo menos las dos terceras partes de los electores inscritos en el Censo de la región. Si el plebiscito fuere negativo, no podrá renovarse la propuesta de autonomía hasta transcurridos cinco años.
   c) Que lo aprueben las Cortes.

Los Estatutos regionales serán aprobados por el Congreso siempre que se ajusten al presente Título y no contengan, en caso alguno, preceptos contrarios a la Constitución, y tampoco a las leyes orgánicas del Estado en las materias no transmisibles al poder regional, sin perjuicio de la facultad que a las Cortes reconocen los artículos 15 y 16.

    -Artículo 13. En ningún caso se admite la Federación de regiones autónomas.

Como puede verse, las condiciones para constituirse en región autónoma no eran fáciles: se exigía, entre otras cosas, que su Estatuto fuera aprobado por "dos terceras partes del Censo electoral", no de los votantes. 

En cualquier caso, quedaba así estipulado el derecho a la autonomía de las regiones españolas. Ahora bien, ¿cuáles eran esas regiones? Oficialmente no había muchas dudas: en aquella época cumplía cien años la división provincial y regional de Javier de Burgos (1833), y esa efeméride estaba muy presente en la mente de los políticos implicados. Sin embargo, aunque no se mencionaron explícitamente las regiones concretas, sí que hubo iniciativas para que sus nombres se incluyeran en el texto constitucional. Tenemos el caso de Andrés Orozco, diputado de Santa Cruz de Tenerife, que lideró un variopinto grupo de seis diputados (entre los que había varios canarios, un par de catalanes, un   valenciano y un aragonés)  para insertar la siguiente enmienda:  

CORTES CONSTITUYENTES DE LA REPÚBLICA ESPAÑOLA.
Enmienda del Sr. Orozco y otros a los arts. 8.° y 11 del proyecto de Constitución.
A LAS CORTES
Los Diputados que suscriben se permiten formular las siguientes enmiendas al Título 1 del proyecto de Constitución:
-Primera. El art. 8.° del mismo deberá ser sustituido por el siguiente:
"Art. 8.° El Estado español, dentro de sus actuales límites territoriales, que no podrán reducirse,
quedará integrado por Municipios y por las Regiones autónomas siguientes:
Cataluña, Aragón, Castilla la Nueva, Castilla la Vieja, Vasco-Navarra, Asturias, León, Galicia, Extremadura, Andalucía, Murcia, Valencia, Baleares y Canarias."

-Segunda. El art. 11 deberá ser sustituido por el siguiente:
"Art. 1. Una ley del Estado regulará la autonomía de las Regiones, en tanto estas no hayan
aprobado sus respectivos Estatutos. Aprobado el Estatuto de una Región, será ley básica de la organización politicoadministrativa de la misma y el Estado español lo reconocerá y amparará como parte de su ordenamiento jurídico."
Palacio del Congreso, 14 de Septiembre de 1931.-Andrés Orozco.-Antonio Lara Zárate.-Miguel de Cámara. - José Estadella Arnó.= Andres de Arroyo. - Darío Pérez. - Alonso Pérez Díaz.

Pero hay más testimonios de que oficialmente se consideraba que la región leonesa estaba compuesta por las provincias de León, Zamora y Salamanca. Tal y como han investigado el Dr. Carlos Javier Salgado Fuentes y Miguel Ángel Diego Núñez, la región es mencionada en el Tribunal de Garantías Constitucionales de la Segunda República. Esta institución también aparece regulada en la Constitución (pongo en negrita lo más relativo respecto a las regiones):

TÍTULO IX
Garantías y reforma de la Constitución.
     -Artículo 121. Se establece, con jurisdicción en todo el territorio de la República, un Tribunal de Garantías Constitucionales, que tendrá competencia para conocer de:

   a) El recurso de inconstitucionalidad de las leyes.
   b) El recurso de amparo de garantías individuales, cuando hubiere sido ineficaz la reclamación ante otras autoridades.
   c) Los conflictos de competencia legislativa y cuantos otros surjan entre el Estado y las regiones autónomas y los de éstas entre sí.
   d) El examen y aprobación de los poderes de los compromisarios que juntamente con las Cortes eligen al Presidente de la República.
   e) La responsabilidad criminal del jefe del Estado, del Presidente del Consejo y de los Ministros.
   f) La responsabilidad criminal del presidente y los magistrados del Tribunal Supremo y del Fiscal de la República.

      -Artículo 122. Compondrán este Tribunal:
   Un presidente designado por el Parlamento, sea o no Diputado.
   El presidente del alto Cuerpo consultivo de la República a que se refiere el art. 93.
   El presidente del Tribunal de Cuentas de la República.
   Dos Diputados libremente elegidos por las Cortes.
   Un representante por cada una de las Regiones españolas, elegido en la forma que determine la ley.
   Dos miembros nombrados efectivamente por todos los Colegios de Abogados de la República.
   Cuatro profesores de la Facultad de Derecho, designados por el mismo procedimiento entre todas las de España

En el Apéndice 5º al número 353 del Diario de Sesiones de las Cortes Constituyentes de la república, en el artículo 11.2 (Título I, Capítulo II, Sección 6ª), se cita a la región de León integrada por Salamanca, Zamora y León, explicitando que tiene derecho a su autonomía, y por lo tanto, podría nombrar un vocal para el Tribunal de Garantías:


Para finalizar, señalar que el elegido para representar a la región leonesa en este Tribunal fue el berciano Francisco Alcón Robles, y como suplente Vicente Tomé Prieto, que en 1934 se convertiría en alcalde de Zamora.
Escudo de la Segunda República española, con corona mural, que imitaba el modelo creado durante el Sexenio Democrático (1868-1874), en concreto el utilizado durante la Primera República (1873)

BIBLIOGRAFÍA
-BURGUEÑO, J. Geografía política de las España constitucional. La división provincial. Madrid, 1996.
-Diario de Sesiones de las Cortes Constituyentes de la República, 14-IX-1931, Apéndice 2º al nº 38.
-Diario de Sesiones de las Cortes Constituyentes de la República, 14-VI-1933, Apéndice 5º al nº353. 
-VV.AA. Libro de actas del Tribunal de Garantías Constitucionales. Madrid, 1999.

LA PROVINCIA / REINO DE LEÓN EN LA CONSTITUCIÓN DE CÁDIZ (1812)

13 julio, 2020

La administración territorial en la época del Antiguo Régimen era un tanto enrevesada. Baste decir que la provincia de León estaba compuesta por tres partidos (en ocasiones llamados a su vez "provincias"), que eran los de León, Asturias y Ponferrada. Con la llegada del liberalismo, una de las principales preocupaciones fue organizar el Estado de una forma teóricamente más racional y funcional, por lo que desde las Cortes de Cádiz se fueron sucediendo las propuestas. Hoy ya sabemos que la más definitiva fue la de Javier de Burgos en 1833, que configuró las actuales provincias, si bien también agrupó a estas en regiones o reinos, correspondiendo el Reino de León a las provincias de Salamanca, Zamora y León. Pero quizás no son tan conocidas las propuestas anteriores: ya dediqué una serie de artículos a la división de 1822, por la que se creó la provincia de Villafranca del Vierzo; un post sobre la división departamental (o en prefecturas) de José I Bonaparte (1810), en la que la capital del Esla fue Astorga; y otro sobre la proyectada división de Bauzá de 1813-1814.

Precisamente en este último hablaba sobre la división que se mencionaba en la Constitución de 1812 ("la Pepa"): en ella ya se apuntaba la necesidad de organizar “una división lo más conveniente del territorio español” (art. 11), si bien el artículo 10 del texto se limitaba a enumerar 19 distritos, de los que 14 se correspondían con regiones históricas, siendo León reconocido como tal: 

“Art.10. El territorio español comprende en la Península con sus posesiones e islas adyacentes, Aragón, Asturias, Castilla la Vieja, Castilla la Nueva, Cataluña, Córdoba, Extremadura, Galicia, Granada, Jaén, León, Molina, Murcia, Navarra, Provincias Vascongadas, Sevilla y Valencia, las islas Baleares y las Canarias con las demás posesiones de Africa”.

A propósito de este artículo, hace tiempo me encontré con este mapa: 


El autor parecía Jesús Burgueño, de quien tengo desde hace tiempo su libro "La invención de las provincias". Me llamaba la atención, porque en la Constitución simplemente se menciona a León, sin definir el territorio, y aquí aparece claramente delimitado a las actuales provincias de León, Zamora y Salamanca, con la salvedad de los grandes enclaves vallisoletanos. Pero en estos días estoy leyendo del mismo autor "Geografía política de las España constitucional. La división provincial", y además del mapa, también encontré la razón de su origen: la comisión constitucional encabezada por Antonio Ranz y José de Espiga, que fue la encargada de llevar a cabo la división solo apuntada en la Constitución. Los dos comisionados optaron por reducir el número de provincias del Antiguo Régimen a 21, y presentaron la delimitación de este mapa el 10 de febrero de 1812. Ranz y de Espiga defendían que esta división se hacía atendiendo a "las capitales con más nombre, a la localidad, a la división del territorio más particularmente demarcada por ríos, montes, por la diversidad de costumbres, etc.". En el Diario de Sesiones de las Cortes del mencionado día consta el informe de la comisión:

"La misma comisión de Constitución presentó los dos siguientes proyectos de decreto, que después de leídos se resolvió volviesen a la comisión para que los revisase, y verificado se imprimiesen a la mayor brevedad.
Primero. Las Cortes Generales y extraordinarias, con el objeto de facilitar la ejecución del art. 326 de la Constitución, y de que pueda verificarse desde luego en todas partes el útil establecimiento de las Diputaciones provinciales, decretan:
1º Que mientras no llega al caso de hacerse la conveniente división del territorio español, de que trata el art.12, habrá Diputaciones provinciales en la Península e islas adyacentes: en León, a cuya provincia se agregarán para este efecto las de Zamora y Salamanca (...)."

El proyecto se aprobó el 25 de febrero, pero enseguida surgieron las protestas de las provincias que se veían abocadas a desaparecer. Finalmente, la tendencia fue volver al sistema de multiplicar las provincias, al estilo del Antiguo Régimen. En cualquier caso, no deja de ser significativo que la primera división proyectada por los liberales fuese tan semejante, en lo relativo a León, a la que sería la definitiva de 1833. Y no deja de ser significativo también el olvido que cubre a este episodio  de la historia...

BIBLIOGRAFÍA
-BURGUEÑO, J. Geografía política de las España constitucional. La división provincial. Madrid, 1996.pp. 90-92.
-Diario de Sesiones de las Cortes Generales y Extraordinarias: nº 487, sesión del día 10 de febrero de 1812.

EL REINO DE LEÓN EN "LOS QUARENTA LIBROS DEL COMPENDIO HISTORIAL" DE ESTEBAN DE GARIBAY

02 julio, 2020

Esteban de Garibay y Zamalloa fue un historiador vasco (aunque él se identificaba como "cántabro") del s. XVI que trató en persona a Felipe II, y que compuso distintas obras de temática histórica e incluso heráldica ("Letreros e insignias reales de todos los serenísimos Reyes de Oviedo, León y Castilla"). Gracias a ello fue nombrado Cronista real en 1592.  
En estos días he estado ojeando el primer volumen de su obra "Los XL libros d'el compendio historial de las chronicas y vniuersal Historia de todos los reynos de España", en el que hay algunas cosas que os pueden llamar la atención. Aviso que he realizado la transcripción tratando de ser fiel a la ortografía del original, limitándome a sustituir las s altas (que parecen una f) por las s modernas, y desarrollando las escasas abreviaturas:
  • -En primer lugar, y como fue frecuente durante siglos, cuenta a Alfonso I el Batallador (marido aragonés de Urraca I de León) como Alfonso VII, por lo que Alfonso VII "el Emperador" figura como Alfonso VIII, y Alfonso IX de León aparece como Alfonso X. 
  • -A los reyes asturleoneses los denomina "Reyes de Oviedo y León", “porque el reyno de Ouiedo, que agora se llama principado de Asturias, a quien en el titulo Real sucedió Leon, fue el primer reyno, que tomó titulo Real de Principes Christianos, despues que en España entraron los Moros” (p.389)
  • -Cuenta a Pelayo como primer rey de León, en virtud de una confusión histórica de la que ya os hablé a cuenta de su escultura en el Arco de la Cárcel de la capital leonesa. Sin embargo, Esteban de Garibay no se acaba de creer esta historieta, y además da su particular visión de cuál fue el primer rey de León:
"TOMADA la ciudad de León, refieren los auctores, que luego el Rey Don Pelayo se intituló Rey de León, como de pueblo mas principal, que posseya, pero esto no es cierto, aunque ninguno deue tener a cosa rara, y muy de notar, auerse intitulado los Reyes sus successores d'el titulo de vna ciudad, porque primero que el hizieron lo mesmo los Emperadores de Roma y Constantinopla, que siendo Monarchas d'el mundo, y posseyendo tantos y tan espaciosos reynos y prouincias en la Europa y Asia, y África, tomauan los titulos de Roma y Constantinopla, por ser las cabeças y casa y corte suya ordinaria. Pues de la mesma manera los R.eyes de Ouiedo y Leon, Cordoba, Seuilla, Toledo, Granada, Valencia, Murcia, y de otras partes lo hizieron en España, intitulándose d'el mayor y mas insigne pueblo, que posseyan. Assi en los priuilegios antiguos los Reyes de Nauarra se intitulauan Reyes de Pamplona,y los de Portugal de la ciudad de Porto, y los de Castilla algún tiempo se intitularon Reyes de Burgos, como consta por memorias d'el mesmo tiempo, y por tanto he querido aduertir d'ello a los Lectores. La mayor parte délos veynte y tres Reyes, que la común opinión llama de Leon, se intitularon de Ouiedo, especialmente hasta el Rey Don Ordoño el segundo, aunque lo que por mas cierto se puede afirmar es hasta el Rey Don Ramiro el segundo, que segun consta por los antiguos priuilegios y otras escripturas, que yo he podido ver, y descubrir, fue el primer Rey, que halló intitularse siempre, reynar en Leon, dexando el titulo primitiuo de Ouiedo, como lo notaremos en su historia. Esto mesmo da a entender el veer y confiderar, que ninguno de los Reyes primeros consta por algún auditor, que se viesse enterrado en la ciudad de Leon, hasta el Rey Don Ordoño el segundo, que fue el primer Rey, que se sepultó en Leon en la yglesia Cathedral de Sancta Maria la Mayor, que el mesmo auia edificado, como la historia lo yra mostrando, pero en Ouiedo es cosa cierta, como en ciudad, cabeça de lo que por alli era posseydo de Christianos, auerse enterrado la mayor parte de los Reyes, que sin fundamento legitimo, los llaman deLeon, auiendose ellos mesmos llamado y intitulado de Ouiedo. Al contrario despues que tomaron el titulo Real de Leon, todos ellos excepto el Rey Don Ramiro el tercero, que fue sepultado en el monesterio de Destriana, y despues de algunos siglos trasladado a la yglesia cathedral de Astorga, se enterraron en la ciudad de Leon, como en pueblo, cabeça d'el reyno".(p. 397)
  • También le atribuye a Pelayo el haber adoptado el león rampante, si bien con dudas:
"(...) tomó insignia propria y partjeular, conuiene a saber, vn leon rapante roxo de purpura, en campo de plata. Pudo bien tomar el Rey Don Pelayo el León roxo y ra(n)pante por armas, en significacion, a mi parecer, de que como el leon es Rey de todas las animalias quadrupedes (sic), que assi los Reyes sus successores auian de ser señores sobre los Principes barbaros de España, animales que carecen d'el sentido necessario de la lumbre de nuestra Sancta Fe. Tambien pudiera hazer con intento, que como el león de su natura es brauo, despues que en sangre humana se ceua, assi los Efpañoles despues de cebados y encarnizados en sangre barbara y infiel, siendo animosos como leones, recuperarian las tierras de España de poder de Moros.
La color roxa de leon significa sangre, con cuya effusion se auia ello de hazer, y el estar ra(n)pante podía significar la continua pelea, que con los Moros enemigos suyos y de su religion auian de tener. Que estas armas y isignias Reales fuessen de appellido, y que no el Rey Don Pelayo, sino alguno de los otros Principes sus fucessores, que dexado el titulo antiguo y primitiuo de los Reyes de Ouiedo, se llamaron Reyes de León, viniessc a tomar, no solo es difficil de creer, mas a mi juizio muy verisimil (sic), porque como a la verdad, largos años despues d'este tiempo fue la ciudad de Leon constituida por cabeça y metropoli de reyno, como en su lugar lo diremos, no me fatisfaze mucho, que d'este Principe vuiessen sido estas insignias, segun Florian, y otra grande caterua de historias, que a el siguen, lo publican, porque assi por auerse llamado primero esta ciudad Legio,segun queda escripto, como porque el Rey Don Pelayo y la mayor parte de los Reyes que hasta el Rey Don Fernando el primero le succedicron, se llamaron Reyes de Ouiedo. Digo que qualquier principio, que esta insignia Real vuiesse tenido, fue cosa acertada, tomar al león por armas por el reyno y ciudad de Leon, agora fuesse siendo insignia de apellido, porque este fuerte animal, Rey de los quadrupedes, que es el quinto en la orden y numero de los doze signos celestes, domina, y señorea particularmente sobre la mesma ciudad de León, segun la doctrina de los Astronomos, agora lo fuesse, teniendo atención, que entre los miembros d'el cuerpo domina sobre el coraçon, de que son tan animosos y señalados los Españoles, como a ambos mundos viejo y nueuo consta. Por tanto el Rey Don Pelayo, o qualquiera de los otros Reyes fus successores tuuieron justas consideraciones en tomar al leon por deuisa y insignia de sus escudos Reales" (p. 398).  
 
Pero de lo que quería hablaros hoy principalmente es de los términos en que delimita el reino de León unas páginas antes. Como veréis, habla de lo que hoy llamaríamos la Corona leonesa. Nótese que no emplea el término "reconquista", acuñado en el s. XIX, pero al igual que en otras partes de la obra sí que habla de "recuperación de España", que viene a ser lo mismo. Y que da la etimología de Extremadura propuesta por Florián de Ocampo (la correcta), pero que prefiere la de Jerónimo Zurita (la tan traída y llevada "Extrema Dorii"). Por cierto, también es muy llamativo el detalle con el que traza la frontera entre León y Portugal.

"LA ciudad de Leon al tiempo que cobró titulo Real y cabeça de reyno, comprehendió y abraçó cn si al titulo de Obiedo, y debaxo d'el nombre de reyno de Leon vino a entenderse, no solo Obiedo con sus Asturias, mas tambien Galizia con otras prouincias, y por tanto la descripcion que d'estos reynos se hará, sera debaxo de denomacion de reyno de León. El qual surtió este nombre de la ciudad de Leon, cabeça suya, pueblo insigne y bien conoscido, que segun en la narración d'el Emperador Marco Vlpio Trajano lo escreuimos, se llamó Lcgio, de donde se dixo Legion, y agora Lcon,cuyo assiento es en lo llano a pocas leguas de las vertientes de las montañas de las Asturias dc Ouiedo, de la qual ciudad dista veynte y dos leguas. El reyno de Leon, aunque en el principio de la recuperación d'España contenia terminos no muy anchos y espaciosos, defpues mediante la diligencia de fus Catholicos Reyes, vino a estenderse grandemente, tomando de poder de infieles muchas prouincias, cuyos limites son estos, scgun la opinion comun, que entre los doctos varones se platica, especialmcte de Florian do Campo. 
POR la parte Septentrional tiene al Mar Oceano, començando desde los confines de Portugal, de donde las aguas d'el rio Miño entran en el mar, corriendo todas las Marinas de Galizia y Asturias de Ouiedo hasta Llanes y Colombres.   
Por las partes de la tierra tiene a Castilla, desde estos pueblos hasta la sierra y las montañas de Pernia [la comarca palentina de Pernía], tirando la linea recta, y desde la sierra de Pernia, donde el rio Carrion tiene su origen, van las aguas d'el rio Carrion diuidiendo a Leon y Castilla, hasta que este rio cerca de la villa de Dueñas, topando con Pisuerga, pierde su nombre, y despues Pisuerga haze la mesma diuision de los reynos, hasta entrar sus aguas en Duero junto a la villa de Simancas. Despues es el limite d'estos reynos vn rio pequeño, llamado Heban [actualmente conocido como río Trabancos], que vna legua mas abaxo de la villa de Tordesillas, llamada primero Oter de Sillas, entra en Duero, y haze la particion por el corriente arriba, hafta que en el entra otro rio menor, llamado Regamon [río Regamón], junto a vn lugar, llamado Horcajo de las Torres. De alli quedando cn el districto de Castilla Flores de Auila, y el lugar de la Crux, y la mitad de Hechagarcia (?), pertenesciente al obispado de Auila, que la otra mitad pertenesciente al de Salamanca, cae en el districto de Salamanca, va la linea a Horcajo de Medianedo [Horcajo de Medianero, Salamanca], que en su diuision de reynos y obispados haze lo mesmo que Hechagracia (sic). D'esta manera corre la linea hasta las montañas, que salen de Bonilla de la sierra [provincia de Ávila], que es del districto de Castilla, en cuyas faldas está Horcajo de Medianedo, de donde assi como las mesmas montañas van corriendo,hasta dar cn Portugal,eran linderos y mojones entre los reynos de Leon y Castilla, hasta que despues los Reyes de Leon estendiendo mas sus limites de poder de Moros, añadicron a sus estados en los tiempos, que en la historia de Castilla lo señalará nuestra obra, otras tierras d'esta otra parte de las montañas en la prouincia llamada agora Estremadura. Cuya denominación tratando d'esta mefma materia, puesto caso que Florian do Campo dize, quc fue por auer sido estas montañas estremo y baluarte entre los Christianos y Moros de aquellas partes, y que por esto se dixo Estremadura, tengo yo en esto por mejor y mas firme opinion, auerse dicho, por ser estremos de Duero, como lo nota Hieronymo Curita (sic).   
ESTA prouincia, llamada agora Estremadura, excepto la mayor parte de lo perteneciente al obispado de Plasencia, es d'el districto d'el reyno de Leon, especialmcntc Montanjes [Montánchez, Cáceres], Medelin [Medellín, Badajoz], Merida y Badajoz, y Alburquerque y sus tierras, y en lo restante de los limites de tierra hasta boluer a las Marinas, donde el rio Miño entra en el mar, que es el principio de nuestra descripcion, confina el reyno de Leon en todo con el reyno de Portugal, siendo desde mas abaxo de Badajoz las aguas de vn rio pequeño, llamado Caya [Río Caya, Portugal-Badajoz], que no lexos de la mesma ciudad entra en Guadiana, limite y diuision hasta su nascimiento entre las tierras d'el reyno de León y las de Portugal. Luego la linea desde el nascimiento de Caya hasta topar con el rio Tajo, va por tierra, auicndo distancia de diez y seys leguas desde Guadiana, hasta topar conTajo, assi en todo lo que corren las aguas de Caya, como en lo que ay de tierra. Despues que con Tajo topamos, la atrauessamos, y va la raya por tierra en espacio de obra de treynta leguas hasta vn pueblo dePortugal, llamado Frexo de Espadacinta [Freixo de Espada à Cinta, Portugal] que está cerca d'el rio Duero, y luego las aguas de Duero en diez leguas son mojón y limite entre Leon y Portugal, hasta cerca de Miranda, ciudad obispal de Portugal. Despues la raya de los reynos va por tierra en doze leguas,o poco mas, hasta la villa de Bragança, que tambien es d'el districto de Portugal, y desde Bragança va la linea por tierra en otras doze leguas hasta otra villa del mesmo reyno, llamada Chaues, de la qual se continua la linea por tierra en diez y seys leguas, hasta topar con el rio Miño, seys leguas antes que entre en el mar,y en estas seys leguas las aguas d'el mesmo rio hasta fenecer en el mar, son el mojón de los reynos. Esta pues es la circumferencia d'el reyno de Leon, cuyo ámbito hemos breuememte andado, desde que Miño entra en el mar, hasta bolucr al mesmo puesto, auiendo dado buelta, a todos los limites pertenescientes a sus regiones. En las quales ay muchas principales y insignes poblaciones, pero las ciudades, que tienen sillas episcopales, son la mesma ciudad de León y Salamanca, Çamora, Coria, Ciudad Rodrigo, Badajoz, Sanctiago de Galizia, Astorga, Tuy, Lugo, Orense, Mondoñedo y Ouiedo, que son treze, y entre ellas es yglesia Metropolitana, la de Sanctiago, y dos exemptas, que son Leon y Ouiedo. De los limites d'el reyno de Castilla, porque hablaremos en el principio de fu historia, no trararemos d'ello en este lugar, remitiendolo para su propria narracion" (pp. 390-391).

LA POBLACIÓN DE LA REGIÓN LEONESA DE 1930 A 1960 (INE)

23 mayo, 2020

Simplemente quería dejar constancia de un documento del INE con el que me encontré por casualidad: se titula "Población de HECHO y densidad, por regiones históricas (Península e islas Baleares y Canarias)", Anuario 1969, Fondo documental del Instituto Nacional de Estadística. 

En él consta la Región Leonesa con el nombre de León, con sus tres provincias tradicionales (León, Zamora y Salamanca), con los siguientes datos: 

León (León, Salamanca, Zamora)
1930: 1.061.157 habs. Densidad: 28 habs/km2
1940: 1.182.448 habs. Densidad: 31 habs/km2
1950: 1.272.627 habs. Densidad: 33 habs/km2
1960: 1.291.452 habs. Densidad: 34 habs/km2

Como sabréis, a partir de esa década los datos fueron a peor (mucho peor)...


EL REINO DE LEÓN EN EL "THESAURUS GEOGRAPHICUS: A NEW BODY OF GEOGRAPHY" (1695)

07 mayo, 2020

Hace un par de meses me encontré por Twitter (creo que gracias a @mocadele) una imagen de un libro titulado "Thesaurus Geographicus", del año 1695. En ella se veía parte del índice de la obra en el que se apreciaba la división de España en sus múltiples regiones:

León figuraba en el último puesto, y se le dedicaba la página 316. Conociendo el título, fue fácil localizarla en Google Libros, donde está disponible para su descarga. Me parece muy curiosa la visión que da este libro inglés acerca de España y los españoles: 
"The Spaniards are so excessively lazy, that they take no pains to improve it. (...) They have generally great capacities, but by a strange excess of pride and haughtiness they are so swallowed up in a contempt of performing all officeswhich they call "mean", that their talents lie hid". 
Si tenéis un rato vale la pena echar una ojeada a estas opiniones (págs. 302-304)


Pero hoy lo que quería era ofreceros una traducción que he hecho de la parte dedicada al reino de Léon, que viene a ocupar, grosso modo, las actuales provincias de León, Zamora, Salamanca... y Palencia. Espero que os preste: 

(Respeto el uso de mayúsculas del original)

El Reino de LEÓN,
Legionense Regnum.

Esta provincia limita por el Norte con Asturia (sic); por el Sur con esa parte de Castilla Nueva que lleva el nombre de Estremadura (sic); por el Este con las Castillas; y por el Oeste con Galicia y Portugal.  Se extiende desde los 39º6’ hasta los 42º42’ de Latitud; y desde los 13º de longitud hasta los 15º12’ incluyendo de Norte a Sur sobre unas 165 millas, y de 110 de Este a Oeste. El País está lleno de montañas, pero el Aire es claro y templado. El Suelo es más apto para producir Maíz y Uvas; y  se encuentran muchas Turquesas, un tipo de Piedra Preciosa, cerca de Zamora. Tampoco hay ningún Río en todo el Continente de España que proporcione una cantidad más grande de truchas que el Torto (sic), que discurre por estos Territorios. Hay también un Manantial de Agua Caliente cerca de Salamanca, dotado con una singular Virtud para curar la Sarna, los Eccemas, y muchas otras enfermedades. Los principales Ríos son, el Duero, Torto, Puiserga (sic), y Tormes; el primero de los cuales divide toda la Provincia casi en Dos Partes iguales, esto es, la Norteña y la Sureña. Augusto César fue el primero que sometió estas Partes, que estuvieron sujetas al Dominio de los Romanos unos 500 Años, hasta que fueron desposeídos [de ellas] por los Godos, quienes de la misma manera fueron expulsados 400 Años después por los Sarracenos y los Moros. Pero Pelayo, un joven Príncipe de Origen Godo, les recobró toda la Provincia, en el 722, y se la dejó a sus Sucesores. Así continuó como un Reino aparte,  y fue finalmente unido al de Castilla por Fernando III en el Año 1228. 

Las Ciudades y Villas más considerables son estas: 

LEON, Obispado y capital.
Ciudad Rodrigo.
Salamanca, Obispado.
Toro, Obispado.
Benavento (sic).
Astorga, Obispado.
Palencia, Obispado.
Zamora, Obispado,
Alva.
Medina del Campo.
Tordesillas.

LEON, LegioGermanica, en la Latitud de 42º 20’ y en la Longitud de 14º fue construida (según la Opinión de algunos Autores) bajo el Reinado del Emperador Nerva, y está asentada en un terreno elevado a los Pies de la Montaña de Asturia, cerca de la Cabecera del Río Esla, a la distancia de 50 Millas al Sur de Oviedo,  casi 68 al Oeste de Burgos, 156 al Este de Compostella (sic), 156 al Noroeste de Madrid. Esta Ciudad siempre ha sido considerada la Capital de la Provincia desde el 658 d.C., y es en el presente una Sede Episcopal bajo el Arzobispado de Compostella1: sin embargo, hasta hoy está exenta de su Jurisdicción, así que el Prelado de León no reconoce a otro Metropolitano que al Papa; la Iglesia Catedral es estimada como la más hermosa de toda España. Pelayo la recuperó de los Moros, junto con toda su Provincia, en el 722; y sus Sucesores fueron intitulados Reyes de Oviedo, hasta el tiempo de Orduno II (sic), quien asumió el Tïtulo de Rey de León y murió en el 923. Por otra parte (si damos Crédito al Testimonio de Rodrigo Silva), Fernando I, Rey de Castilla, expiró aquí, en el año 1067 d.C. 

Salamanca, Salmantica, se sitúa sobre tres pequeñas Colinas, y está bañada por el Río Tormes, en una Situación muy escabrosa; a 34 millas al Sudeste de Miranda, 94 al Sur de León, y 108 al Noroeste de Madrid. Esta ciudad es de considerable extensión, pero las Casas están por lo general mal construidas y ruinosas; excepto la Iglesia, los Colegios [universitarios], los Monasterios y las Fuentes, que son de hermosas estructuras. Ha sido durante algún tiempo la Sede de un Prelado que es Sufragáneo del Arzobispo de Compostela, y de una de las más notables Universidades de todo el Reino de España, fundada por Alfonso IX, Rey de León, en el año 1200, en la que hay diversos Profesores de Teología, algunos de los cuales tienen una pensión anual de 1000 Coronas, y otros solo una Renta de 500 Coronas, dando sus Conferencias a diferentes Horas; una Cátedra designada para la Doctrina de Durandus, y otra para la de Escoto. Además de estos, hay otros Profesores que no tienen Sueldo de la Universidad, aunque Estudian con la esperanza de ser privilegiados con la siguiente vacante: estos son los comúnmente llamados Pretendientes; y los anteriores, Catedráticos. Lo mismo es válido para las otras Facultades, como la de Derecho Civil y Derecho Canónico, la de Filosofía, y la de Matemáticas. Hay también muchos Profesores de Física, y de muchas Lenguas: de tal forma que más de ochenta de ellos imparten estudios a diario en esta famosa Universidad. Por último, Alfonso XI, Rey de Castilla, nació aquí, en el año 1311. 

Ciudad Rodrigo, Rodericopolis, o Civitas Roderici: su Nombre deriva del Conde Rodrigo, por quien fue fundada, bajo el Reinado de Fernando Rey de León, año 1170. También es una Sede Episcopal sometida a la Jurisdicción del Metropolitano de Compostela, y situada sobre el Río Águeda, en un País fructífero, a la distancia de 8 Millas de los Confines de Portugal al Este, a 40 de Covia (sic) al Norte, y a 64 de Miranda. 

Astorga, Asturica Augusta, yace en una Llanura sobre las orillas del Río Torto (sic), y no está muy habitada, aunque está bien fortificada, y adornada con diversas Torres, un gran Mercado, y una Iglesia Catedral al final de la Ciudad. Es una Sede Episcopal que antiguamente dependía del Metropolitano de Braga, pero que ahora está bajo el Arzobispo de Compostela. 

Palencia, Palentia, y Palancia, era hasta ahora una Plaza de gran fortaleza, pero hoy no lo es tanto, distando 25 millas al Norte de Valadolid (sic): de todas formas, todavía es la Sede de un Prelado Sufragáneo del Arzobispo de Burgos. Un Sínodo Nacional tuvo lugar en Valladolid, en esta Diócesis, por el Obispo de Sabina, en Calidad de Legado Papal de Juan XXIII, en el año 1322: y otro se celebró en Palencia, en 1388, por Pedro de Luna, que después ejerció el mismo Oficio por Comisión de Clemente VIII, y después se convirtió en Antipapa. 


VÍDEO SOBRE LAS ÓRDENES MILITARES EN EL REINO DE LEÓN

16 abril, 2020

¡Cuanta falta hacían vídeos de esta calidad! Del grandísimo Ricardo Escobar:

EL REINO DE LEÓN (Y DE GALICIA) EN EL "LIVRO DE ARAUTOS" (1416)

03 marzo, 2020

Corona de Castilla en el Livro de arautos
El llamado "Livro de arautos" ("libro de heraldos") es un manuscrito medieval que se conserva con la signatura "ms. lat. 28" en la John Rylands Library, de Manchester, donde fue catalogado como un armorial. Está escrito en gótica libraria del s. XV. Cada capítulo se inicia con la representación a todo color de las armas del soberano del territorio a tratar. Es anónimo, y no consta título en la portada, si bien en el lomo figura "De Ministerio Armorum". Fue publicado y editado por Aires Augusto Nascimento en los años setenta, como base de su tesis para conseguir el doctorado en Lingüística Latina. Nascimento dedujo que el libro había sido escrito en Portugal en torno al año 1416, por alguien originario de Lamego. Los "arautos" o heraldos fueron un cargo creado por Juan I de Portugal, cuyo cometido era similar al de los embajadores, con cierto componente de espionaje. Un arauto o heraldo era un oficial a quien le competía realizar misiones públicas o secretas entre los reyes, sobre todo para los tratados de guerra o paz.

Aires Augusto Nascimento
Hasta donde yo sé, el libro no ha sido traducido al español, y dado el interés que presenta el texto dedicado a la descripción del reino de León y de Galicia, me he decidio a realizar la traducción sobre el texto portugués, corrigiendo algunos detalles sobre el texto latino. En primer lugar os ofrezco la descripción de Hispania, después un fragmento de la Corona de Castilla, y finalmente la parte íntegra dedicada al reino de León y al reino de Galicia. Las divisiones son mías, ya que no vienen marcadas en el texto original. No os perdáis esta interesante descripción casi turística del Viejo Reino y sus principales ciudades. Resulta muy llamativa la extensión del reino hasta Badajoz, y las razones que se aducen para ello. 

[HISPANIA]
Juan, por la gracia de Dios, rey de Castilla, de León, de Toledo, Galicia, Sevilla, Córdoba, Murcia, Jaén, Algarve, señor de Algeciras, de Vizcaya y de Molina, etc.

Hispania es una tierra rodeada de mar por todos los lados, excepto por la parte que da para la Galia, que tiene a la entrada casi ciento y cincuenta millas de longitud, del mar Terreno [Mediterráneo] al Océano llamado vulgarmente mar Hispánico, de tal manera que esta porción es semejante a una enorme cola puesta entre dos mares y se parece mucho a Asia Menor, que está también situada entre dos mares y recibe los nombres de Turquía y Armenia Menor. Y en las dichas Hispanias hay cuatro reyes cristianos y uno sarraceno. Los cristianos son el rey de Castilla, el rey de Aragón, el rey de Portugal, y el rey de Navarra; el rey sarraceno es el rey de Granada. Son así cinco los reyes existentes en las Hispanias. De las cinco partes de Europa esta es la tercera nación de la cristiandad obediente a la Santa Madre Iglesia.

[CORONA DE CASTILLA]
Los reinos, tierras, dominios de la nobilísima corona del potentísimo rey de Castilla y de León están divididos entre varios nombres: pero aunque estén divididos son un único cuerpo en cuanto al sometimiento. Y es casi el centro de Hispania, y su rey posee la mayor parte de las tierras y dominios, ciudades y castillos de entre los varios existentes en Hispania. Este reino llega hasta al mar en tres regiones, a saber: confinando en la parte del mediodía con el mar Mediterráneo, por el reino de Valencia hasta el reino de Granada. En cuyas partes limita con el mar excepto a occidente. Y de la misma forma el mar Océano empieza en el reino de Granada y el estrecho de Gibraltar hasta el reino del Algarve, que está bajo dominio del rey de Portugal. También en dicha parte occidental limita dicha tierra con el gran mar Océano, que es llamado en esos lugares “mar Hispánico”, y comienza en los confines de Portugal, por el lado de septentrión, y limita a occidente con este mar hasta el cabo de Finisterre, y a septentrión hasta el término de las tierras hispánicas. Ahí se extiende la costa del mar por unas quinientas millas poco más o menos, comenzando en el reino de Portugal y acabando en la Guiana, que pertenece al dominio del rey de Francia. Entre los otros reinos y dominios de la mencionada corona hay dos que, a mi entender deben ser tenidos en cuenta para ser referidos, porque todos los otros reinos y dominios de esa corona, antes de pertenecer a la cristiandad estuvieron sometidos al dominio de los infieles agarenos. De esos dos dominios el más importante es Castilla, que asume el principado por la alta nobleza de sus caballeros, seguido por León; que son dos reinos, cada uno de los cuales estuvo regido por reyes cristianísimos. Por esa razón son llamados reinos: porque en tiempos pasados tuvieron reyes cristianos, y también es por esta causa que el rey ahora se llama rey de Castilla y de León y usa las armas de los dos reinos en su escudo y estandarte, y no las de los otros reinos que gobierna, ya que esos estuvieron sujetos a los infieles, como más arriba se dice. Estos dos reinos limitan el uno con el otro. El mar Océano toca en uno y otro por el lado de septentrión, a través de otras provincias cubiertas de montañas muy altas, rocosas y muy frías. Castilla queda en la parte de oriente y está dividida en muchas provincias. Por el lado de oriente limita con el reino de Aragón, por el sur confina con los montes que la separa de la tierra de Extremadura y del reino de Toledo. A occidente le queda el reino de León. Al norte limita con el referido mar. Son dos sus provincias.

En las montañas está Vizcaya, que es la tierra y condado con mayor autonomía. Cuando el rey quiere obtener obediencia de aquella parte, debe presentarse al modo antiguo, es decir, con una capa parda y con un pie calzado y el otro descalzo. Tiene el rey que golpear un árbol con determinados golpes, usando una espada propia de aquella tierra, que tiene el nombre de “bituriano”. Con un dardo en la mano derecha y en presencia de los vizcaínos (en su lengua, biscains) armados debajo de ese árbol, él promete y jura observar los privilegios de la tierra concedidos por sus antepasados. Solo entonces es considerado conde y señor de aquella tierra. 
(...)

[REINO DE LEÓN]
El reino de León forma con Galicia un ángulo de las Hispanias en dirección al occidente y al norte, junto al mencionado Océano conocido como “mar de las Hispanias”. Confina a oriente con el reino de Castilla; al sur, no totalmente sino en parte, con Extremadura y con el reino de Portugal; a occidente, con el reino de Portugal y con el mar Océano por la tierra de Galicia. Y dicho reino se encuentra dividido en dos partes por las altas montañas de Ranaval (sic) y Fava, que atraviesan dicha tierra y separan el mencionado reino de León de Galicia [NOTA: Ranaval quizás se refiera a Rabanal del Camino, o a Rabanal Viejo, en Maragatos; pero más probablemente se refiera a alguno de los Rabanales de Laciana, que sí que marcarían una línea NW-SE con La Faba, muncipio de Vega de Valcarce, casi en la raya entre León y Galicia]. El reino de León queda al lado oriental, y el reino de Galicia del lado de occidente. Y confina la tierra de León, por el norte, con las Asturias. La región está recubierta por un pequeño número de bosques y muy poblada con nobles ciudades, villas y castillos, como la ciudad de León, que es la cabeza del reino y está situada en el camino a Santiago. Se hacen allí joyas de piedra negra y ligera llamada “azivich” [azabache] de muy diversas formas. Se venden muchas pieles que huelen a almizcle [et venduntur ibi multe pelles odorifere de musqueto], en gran cantidad, como nunca vi. Hay en esta ciudad una nobilísima iglesia mayor, tanto por el edificio como por las imágenes. La ciudad es muy fértil en todo. Los hombres no andan con muchos adornos, y las mujeres tampoco. En este reino se sitúa la rica y muy bella ciudad de Astorga. Hay otra ciudad llamada Carrión de los Condes, cerca de la cual está el condado de Palencia, extremadamente fértil. Existe también el ducado de Benavente, que es una región productiva. Pasa allí un río llamado Ricobayo, que atraviesa también León y entra en el Duero junto a Zamora. Zamora es una noble ciudad, muy rica principalmente por los artesanos, sobre todo tejedores, que fabrican un paño llamado “picote”. Está muy poblada. Junto a sus murallas pasa el río Duero, que desagua en el mar en el reino de Portugal. Produce un singular tinte carmesí. Allí está situada también la ciudad de Salamanca, que refulge por  su muy famoso Estudio General, por su excesiva milicia, y por su extrema abundancia de todo, tanto de caza, como productos de la tierra y viñas. Por todas partes, en un radio de veinte leguas de esta ciudad, existen muchas villas y castillos y grandes propiedades rurales donde se encuentran cereales, vinos y zonas de caza. Se encuentra aquí también Ciudad Rodrigo, rica y fértil, que confina con el reino de Portugal. También está la ciudad de Plasencia, muy amena, así como la ciudad de Coria. Y en los confines de Portugal, de Andalucía y de Toledo se encuentra la ciudad de Badajoz: la gran mayoría de la gente dice que ella es del reino de León por el hecho de que sus usos y juzgados siguen las costumbres de León.

[REINO DE GALICIA]
El reino de Galicia fue denominado como reino desde antiguamente, porque ahí estuvieron los reyes infieles, pero fue sometido por los reyes de Castilla y de León, como pasó en otras tierras de las que se habla en este libro. La dicha Galicia, por el oriente, contacta con el reino de León y de las Asturias; al sur confina con el reino de Portugal, en la parte en que más se aproxima al mar junto al río Miño (río este que separa Portugal de Galicia); a occidente, desde la desembocadura de este río hasta el cabo Finisterre, limita con el mar. Este cabo hace una entrada enorme por el mar y es uno de los cuatro confines de occidente. Doblando este cabo para el norte confina también este reino con el mar. En este reino de Galicia se sitúa la ciudad metropolitana de Compostela, donde reposa el cuerpo de Santiago. Es uno de los tres lugares más sagrados del mundo, y no creo que en otra parte haya tan gran afluencia de gente para hacer sus devociones como la hay en esta ciudad para venerar a Santiago. Es una ciudad muy rica en trigo, carnes y principalmente en aves de cría. No tiene vino, 
pero viene de otros lados en gran abundancia y a precio accesible. Las mujeres son muy corteses y graciosas y andan vestidas con tejidos de lino; los hombres son muy gentiles. Cerca de esta ciudad se encuentra la noble ciudad de Coruña, con el principal puerto, que es también el más seguro de toda Galicia; recoge bastante pan y vino. En dirección al mar hay una torre extremadamente alta que levantó Hércules. A tres leguas de distancia se encuentra la ciudad de Betanzos, muy apacible y harta de pan y de vino. A cuatro leguas está la ciudad de Ferrol. Se encuentra allí también el condado de Ribadeo, donde se encuentra el primer puerto de mar cuando se viene de las Asturias. También hay otra rica villa llamada Vinero, y otra ciudad, Mondoñedo, costera, fértil y rica sobre todo en pan, vino y pescado. Por último también se encuentra aquí otra ciudad, Lugo; no tiene vino, a no ser que venga de fuera, pero tiene abundancia de pan y carnes. Su muralla es tan ancha que pueden pasar dos carros por encima. A la entrada del reino, para quien viene de León, se encuentra una villa llamada Franca. Hay todavía otra ciudad, Orense, fértil y rica en pan, vino e higos; es también una notable ciudad Pontevedra, y la ciudad de Tuy que es la entrada de Galicia para Portugal, y está atravesada por el río Miño, el cual divide Portugal de Galicia. Esta tierra es un tanto montañosa y escarpada. Hay aquí muchas guerras y combates de un linaje contra otro, y cada cual comanda el mayor número posible de hombres a pie: hombres estos que no tienen nada para vestir más que una capa de paño grueso; no usan polainas, y la mayor parte de ellos se presentan con un pie descalzo y el otro calzado, por nobleza. Traen todos un escudo grande y una lanza o dos venablos, y una espada o gladio, y son conocidos por el nombre de escuderos o peones. Van usualmente por las aldeas de labradores, pero no pagan fácilmente los gastos que hacen repetidas veces. La tierra es rica en alimentos, y sus habitantes son generosos y acogedores, y no hacen ostentación en la manera de vestir. En la región, que en la mayor parte es costera hacia el mar, se encuentran los mayores puertos de Hispania. En ella tiene el arzobispo de Compostela muchas y grandes villas y castillos, nobles y caballeros bajo su jurisdicción. El mayor señor de esa tierra, después de la corona, es el conde de Trastámara, que es actualmente el conde Federico, pariente próximo del rey, que pose un gran dominio en esta tierra y en otras partes pertenecientes a la corona de Castilla. Hay muchos barones, caballeros y otros nobles en esta tierra de Galicia y de León. 

LA NAVIDAD EN UNAMUNO Y SÁNCHEZ ROJAS (Miguel Ángel Diego)

03 enero, 2019

Siento el retraso, pero desgraciadamente he dejado abandonado el blog, y no sé cuándo podré volver a dedicarle el tiempo que (creo) merece. Miguel Ángel Diego ha vuelto a dejarme un artículo para que lo publique, y aunque sea con retraso, aquí lo dejo.

Nos acercamos a la Navidad y, los salmantinos con raíces y memoria, también al recuerdo de dos figuras señeras vinculadas a Salamanca que nos abandonaron un 31 de diciembre: Miguel de Unamuno y José Sánchez Rojas. Ambos se sintieron interrogados y tocados por la Navidad, cada uno a su modo plasmó en su obra el acontecimiento y le dedicó sus versos.

Miguel de Unamuno, representado paseando pensativo junto a las Úrsulas desde hace 50 años, en el monumento escultórico de Pablo Serrano erigido por suscripción popular, apunta:
en navidades se celebra la fiesta de la niñez, el culto al Dios Niño. El nacimiento del Hombre-Dios se pone en un paisaje nevado y alto aunque en Belén no fuere muy conocida la nieve.”
Describe la escena del portal:

Estaba la Virgen María
meciendo el pesebre en Belén;
brizándole a Dios que dormía;
estribillo del brizo era amén.”

Reflexiona, da unos pasos y continúa:

¡Dios ha nacido!
¡No, Dios no nace!
¡Dios se ha hecho niño!
¡Quien se hace niño padece y muere!
¡Gracias, Dios mío!
Tu con tu muerte
nos das la vida que nunca acaba”

Se detiene, explica filosófico y paradójico que “cuando me pongo a soñar en una experiencia mística a contratiempo, o mejor a arredrotiempo, le llamo al morir desnacer y la muerte es otro parto”, y recita:

así Cristo nació sobre la cruz;
y al nacer se soñaba a arredrotiempo
cuando sobre un pesebre
murió en Belén
allende todo mal y todo bien.”

La figura de Sánchez Rojas resulta modesta al lado de la de su maestro, don Miguel. Sin embargo, ante la Navidad, sus frases nos contagian una emoción profunda y sincera llena de religiosidad, tanto en verso como en prosa:

¡Dulce Jesus bueno, cuyo nacimiento
celebro esta noche, transido de pena,
que esta Nochebuena no vive mi padre!
¡Derrite la nieve con tu blando aliento;
que María, tu Madre, sea esta noche Madre
de los que no tienen ni portal ni cena!”

¡Danos esa Nochebuena, Señor! ¡Enséñanos a superar la vida, a enraizar en ella, a vivirla y a gozarla en los demás! ¡Venga esa Nochebuena, Señor, para adorarte y alabarte!
¡Que la leña añosa de nuestra paz se trueque en fuego y en brasa; que en el banquete familiar estallen las risas de los niños; que sea para ellos, para mi amigo, para mi enemigo, para todos, Señor, la vida, una Nochebuena hermosa, con su portal de Belén, con los magos que llegan al portal alumbrados por la luz de una estrellita que les precede en su camino!”
José Sánchez Rojas nos recuerda que las campanas acompañan a los hombres en los acontecimientos y celebraciones importantes, en una continuidad que se prolonga a lo largo de los siglos:
Como las olas del mar llevan al puerto más humilde emanaciones de otras playas, las campanas traen a nuestros días voces olvidadas de otras generaciones que parecían perdidas. Son el tiempo, la eternidad humana, las campanas; el vigilante que no se duerme, la voz querida que nos habla desde lejos, la estrofa rota que hilvana en nuestra esperanza una canción, que nos recuerda algo misterioso, vago, impreciso: el contorno dorado de un día de niñez, las líneas de una remota esperanza que nos hace temblar de dicha en el silencio.”
Las campanadas de fin de año dan la bienvenida al próximo y simultáneamente nos recuerdan el adiós esperanzado de Unamuno y de Sánchez Rojas. Los dos desean el amparo eterno de la ciudad de Salamanca y los versos de éste bien pueden ponerse en los labios de ambos:

¡Salamanca de lumbre, yo te adoro!
Recoja tu beldad mi último aliento;
arrópenme tus piedras”

Miguel Ángel Diego Núñez

Autor del libro “Regionalismo y regionalistas leoneses del siglo XX (una antología).”

EN EL ANIVERSARIO DE LA MUERTE DE UNAMUNO: SALAMANCA EN LA GEOGRAFÍA UNAMUNIANA

05 enero, 2018

Os quiero dejar aquí otra colaboración de Miguel Ángel Diego Núñez, en esta ocasión sobre el aniversario de la muerte de Miguel de Unamuno. Estos días he estado sin acceso al PC, por lo que aprovecho por pedirle disculpas por el retraso en publicar este post. 

No falta nada para el 31 de diciembre, 81 aniversario del fallecimiento de Unamuno. Queremos homenajearlo este año recordando la ubicación de Salamanca en su geografía. Se ha tachado con razón a Unamuno de contradictorio, pero en cuanto toca a Salamanca es de una coherencia abismal. Para él Salamanca se encuentra en el Reino de León, incluido en la mitad atlántica de España:

     “Lo fuerte, lo serio, lo verdaderamente nuevo somos nosotros, pero, en España y como españoles, nosotros somos el corazón de la vertiente atlántica.
     Porque España no creo que pueda dividirse en la polaridad tan fecunda para todo pueblo, en norte y sur como algunos piensan, sino más bien, como creen otros, en las dos vertientes, la atlántica y la mediterránea –incluyendo en esta la parte en la que el Guadalquivir desemboca-. A España hay que partirla transversalmente por una línea que de hacia el Maladeta vaya al cabo de San Vicente. De un lado Cataluña, Aragón, Valencia, Murcia, Castilla la Nueva, toda Andalucía y hasta Extremadura; del otro, el litoral cantábrico, Castilla la Vieja y el reino de León. De un lado los pueblos estéticos, los del gesto y eso que llaman la gallardía, los de parada y plaza pública, los de la zarzuela, y de otro nosotros. Y de la parte de allá quédase Madrid con sus cotarros, donde todos son unos.
     Dejémosles predicando la alegría de vivir y otras vaciedades y seamos como somos, sin proponernos ser ni alegres ni tristes. No, sino como Dios y nosotros nos hemos hecho.” (Bilbao, 1908)

     Por otra parte, Unamuno da una particular importancia a la lengua, como atestigua en 1923:

     “Esta tierra bajo el cielo, esta tierra llena de cielo, esta tierra que siendo un cuerpo, y por serlo, es un alma, esta tierra hizo, con el latín, unos lenguajes, unos romances. Hizo el catalán, y el aragonés, y el leonés, y el bable, y el castellano, y el gallego, y el portugués. De ellos salieron los idiomas literarios y oficiales. Y esos lenguajes son las razas. (…) Pero más que raza de sangre, más que línea de sangre, raza de lenguaje.”

     A lo largo de su vida repetirá una y otra vez que Salamanca forma parte del reino de León y leonesas son las particularidades de su habla popular, llegando incluso a afirmar en 1931 que:

     “A las puertas de esta ciudad se hablaba leonés, y aquí se fundieron ambos dialectos [leonés y castellano]. Pero esta Universidad nunca fue castellana, sino universal y española.”

     El 30 de mayo de 1933, el Congreso de los Diputados determina que la región de León está constituida por las provincias de León, Salamanca y Zamora, tesis defendida por Claudio Sánchez Albornoz y avalada en votación nominal por 90 votos contra 19.

     El debate y la decisión mueven a escribir a Víctor de la Serna:

     “Es decir, que desde el nacimiento de Castilla –naturalmente posterior al del reino asturiano-leonés-, Palencia y Valladolid son Castilla.
     Nada de esto aminora la belleza y el interés de la magnífica civilización leonesa, fina y elegante, al lado de la tosca castellana. La vieja corte de León, influida por las cortes europeas, depositaria del goticismo más puro, elaboradora de Códigos magníficos, fundadora de muchas categorías inmortales españolas, ofrece un interés inagotable dentro de su extensión geográfica.
     Cuando abandono al ilustre profesor Sánchez Albornoz -justamente el historiador de la civilización y la cultura leonesas-, me encuentro con el maestro Unamuno, que dice cosas pintorescas, graciosas y geniales acerca del tema. Para él las fronteras de León y Castilla pueden establecerse por la línea de cultivo de algunas voces diferenciales en romance castellano y en romance leonés. Por ejemplo, en León dicen ‘el pan yeldo’, y en Castilla ‘el pan yudo’. En León ‘candar la puerta’, y en Castilla ‘cerrar la puerta’. Llegamos a establecer que, efectivamente, los límites de Castilla con León son los mismos lingüísticamente que históricamente, y que pueden marcarse por el Cea y el Esla, que son la frontera de astures y vacceos de antes de la Reconquista.”

     Viene Unamuno a ratificar así lo que escribiera en 1907 a su discípulo Federico de Onís:

     “Mi idea es que Salamanca no es Castilla sino una transición de León a Extremadura con toques portugueses y algunos castellanos.’

     Es el lenguaje, el dialecto leonés, el que permite a Unamuno cerciorarse de la pertenencia de Salamanca propiamente al reino de León y no a Castilla y a corregirse a sí mismo cuando la incluye en el término Castilla, como ya hiciera en 1906:

     “Considerad que os escribo desde una antigua ciudad castellana, y más que castellana leonesa, que duerme en una llanura donde ondea el trigo, a la orilla de un río lento que la refleja entre álamos sencillos, desde el seno de una ciudad remanso de sosiego a cuyas bordadas piedras enciende en oro el sol poniente cuando se acuesta entre las encinas graves. Aquí se aprende a pensar despacio, bajo el peso de los recuerdos que vagan en el ámbito espiritual.”

Miguel Ángel Diego Núñez

HOMENAJE A JOSÉ SÁNCHEZ ROJAS, UN LEONESISTA SALMANTINO

04 diciembre, 2017

Como en ocasiones anteriores,  Miguel Ángel Diego (Zacut) ha decidido colaborar con este blog, y en esta ocasión para volver a hablar del salmantino José Sánchez Rojas, un regionalista leonés que falleció en 1931. Espero que os preste.. 
 
Un año más queremos recordar y rendir homenaje a José Sánchez Rojas en el aniversario de su muerte, el 31 de diciembre de 1931.

José Sánchez Rojas no es solamente un  enamorado de su Alba de Tormes natal, ni de la provincia de Salamanca, sino que siente y reivindica el reino de León y el espíritu leonés que descubre en Salamanca, Zamora, León, Toro, Peñaranda o en la montaña leonesa. Así lo manifiesta en sus textos y nos lo transmite sin rodeos. Comparte con nosotros, a pesar del tiempo y la historia, sus percepciones sutiles, sus revelaciones, sus descubrimientos. Con la certeza de Antonio Machado en cuanto a cultura, entiende que lo que se guarda se pierde y lo que se da se gana. Sánchez Rojas nos regala todo cuanto tiene, todo lo que acopia en sus idas y venidas por la geografía de la región leonesa, por España y por el mundo. Y nos maravillan su sensibilidad, sus dotes perceptivas, su fidelidad a la realidad que hace suya y nos transmite directamente con sencillez y elegancia. A través de todos sus sentidos capta multitud de detalles y construye un cuadro de conjunto revelador.

En 1918, cuando se lanza desde Burgos el ‘Mensaje de Castilla’ contrario a la autonomía de Cataluña, Sánchez Rojas publica ‘La mascarada regionalista’ donde afirma que ‘Castilla no pasa hoy de ser una mera nomenclatura geográfica, que no tiene personalidad’, y subraya ‘Ante todo, Castilla, geográficamente, no está delimitada todavía. Frente a Burgos, León sostiene a su modo, una personalidad regional, la del antiguo reino de su nombre, harto confusa y borrosa.’

Sánchez Rojas, en multitud de artículos, se dedicará a desentrañar la personalidad leonesa de las ciudades, comarcas y provincias del reino de León. En 1919, a modo de conclusión señala las diferencias reales entre los reinos de León y Castilla: ‘Salamanca, León y Zamora participan, en su espíritu y en sus piedras, de la gracia gallega, de la sutileza astur, de la mansedumbre lusa y de la sequedad de la meseta. Estos cuatro factores integran el sentido leonés dentro de la historia nacional’.

Resume así su experiencia vital por tierras de España. Confiesa también que ‘He advertido en Palencia un secreto recelo hacia Valladolid. De la misma dolencia padece también un poco Salamanca, y hasta León, aunque León explique su reconcomio con graves disertaciones eruditas acerca de las diferencias regionales, más profundas de lo que parece, que separan a leoneses y castellanos.’

¿Y qué escribe desde 1919? Leamos principiando por el Sur, por ejemplo por Peñaranda:

‘En Peñaranda, tierra de paso, primero mesón y luego feudo de los Bracamontes, acaba el reino leonés para comenzar la altiplanicie de la vieja Castilla. Es tierra fronteriza Peñaranda como Aldeaseca y Zorita, y bien colocada, centro de un mercado natural de granos de una comarca feracísima y rica.’

En su cercanía, ‘Cantalapiedra, Palacios Rubios, Paradinas, pueblos ricos, iglesias de sillería, casonas labradoras anchas y sonoras de portón de roble, campanarios graciosos, espigas de piedra que recuerdan al cielo el dolor del llano… Es un oasis esta altiplanicie fronteriza del viejo reino de León.’

La Semana Santa, en la ciudad charra, le impulsa a afirmar: ‘En la catedral vieja de Salamanca se venera estos días, encuadrado en un altar, más que barroco, churrigueresco, el Santo Cristo de las Batallas (…) este Cristo, tan viejo como el habla leonesa y como la fábrica de su primera iglesia mayor.’

Es en la ciudad de Zamora donde encuentra concentrado el espíritu leonés, y también en su provincia, como nos describe en un artículo de 1929: ‘Recientemente he visitado Toro de nuevo, y fue tan honda la impresión que me produjo, que en estos días no sé pensar en otras cosas.
(…) Y en su Colegiata está todo León. Dejemos a un lado la riqueza de su fábrica y la maravillosa policromía de la portada de la Gloria. La Colegiata no es el palacio de Dios, sino la casa leonesa que se ha levantado a la orilla de la vega, sobre la peña ingente, para adorarle.
  (…) Conocía yo todas las ciudades leonesas, menos Toro, y al asomarme hace pocas tardes al Duero, desde el Espolón, tuve la clara visión de conjunto de estas tierras. Sin Toro, faltaba una de las facetas más características y nobles de la comarca: la del tipo de ciudad que mira a Castilla, que la vigila, que tiene que defenderse de Medina y de su Mota, y de los mercados formidables de los castellanos.
  (…) ¡Suaves tierras estas queridas tierras de León!

De la catedral de León dirá ‘Esta iglesia tiene su perfume, su encanto, su alegría, su optimismo, su niñez perenne. No tiene paredes, no tiene muros, no tiene cimientos la catedral de León. La piedra en ella no es fruto ni flor. No es siquiera piedra. Es anhelo, gloria, ansia de eternidad y de vida.
(...) yo me he saturado de pureza dentro de  estas naves, y mi espíritu no percibe las estridencias de la tierra y sueña despierto, con los ojos abiertos, por las calles de la vieja capital del reino de León.’

Y en la montaña leonesa: ‘Yo creo que la diferencia fundamental que separa a un campesino castellano del gallego o del astur es que el primero es, racialmente, terrícola o labrador, y los otros, ante todo y sobre todo, ganaderos. (…) Así el labrador de Castilla es receloso y desconfiado. Lo espera todo del azar. Es siempre fatalista.
(…) El ganadero gallego, astur o del Norte de la provincia de León ya es de otra suerte. Tiene su porvenir atado al de la vaca. Su vientre es siempre más fecundo y da más sorpresas agradables que el de la tierra.
(…) Y el amor que sentía Josué Carducci por el buey piadoso
io t’amo, oh pio bove!,
es el mismo que yace soterrado en el corazón de nuestros campesinos ganaderos.’

En el día de Navidad de 1931, pocos días antes de su fallecimiento, aparece publicada una nueva colaboración de Sánchez Rojas, que exclama su invitación y su llamada:

‘¡Hacia Oriente y hacia el Portal, amigos! La noche es clara; el sendero está perfumado de flores; el lucerito de Oriente brilla sobre nuestras cabezas, curtidas en todos los temporales. Ya se parará algún día la estrella; tal vez sobre nuestra tumba, que es donde cesará nuestro sendero hacia lo desconocido. Porque la vida es eso: una senda y una estrella.’

Miguel Ángel Diego Núñez
Diciembre de 2017